He tenido con mi hijo Jack unos días muy especiales en Las Palmas de Gran Canaria y en Tenerife. Unos días de vértigo al ver la cruda realidad de las personas con discapacidad intelectual o de desarrollo en cuestiones de género, identidad y sexualidad. He sentido dolor y compromiso, ayer estuve llorando toda la tarde, pensando que hay mucho por hacer. 
En medio de la felicidad y el orgullo de contar nuestra experiencia que está llena de lucha por los derechos de mi hijo, de la fortuna de contar con tantas manos profesionales, por mi compromiso inquebrantable de aprender y reaprender con mi hijo, de no olvidarme nunca de ser mejor mejor persona cada día, de ser y de repensarme en un ejercicio de acción consciente y política. Sé que este tiempo me ha tocado muy hondo y hay algo en mí que se ha activado. 
Tuvimos muy poco tiempo en las ponencias y siento que no llegamos a contar lo duro y lo hermoso que ha sido el tránsito de Jack y todo lo que hemos tenido que combatir. No sé si logré explicar lo básico, creo que no. Necesito escribirlo. Los mitos que señalamos son una pequeñísima patita de la discriminación que hay en la sociedad. Voy camino a casa, pero soy otra. Lo sé. Gracias por todo lo que me habéis dado y exigido, la experiencia debe ser compartida para ayudar a tantas personas que sufren. Unos besos de agradecimiento en pleno embarque. Hasta siempre. 💕🌸💋 — enAeropuerto de Gran Canaria.