Foto: Salvador Galán e Isabel Rico

Yo no he tenido un acercamiento teórico al tema de la violencia contra las mujeres; pero no por ello ha dejado de importarme el hecho de que permanentemente en las noticias nos enteramos de los asesinatos de cientos y cientos de mujeres a manos de hombres que dicen amarlas o sólo por la condición de ser mujer. Cuando Beatriz me permitió leer sus poemas pensé en que yo debería hacer algo, poner mi capacidad creativa, mi experiencia en el arte al servicio de esta lucha loable. Puedo decir que sus poesías lograron sensibilizarme de tal manera que inmediatamente vinieron a mi mente imágenes de cómo representar estas situaciones, y pensé que no tenía sentido utilizar ideas hiperrealistas, sino que era necesario trabajar con imágenes conceptuales que nos contasen de una manera no tan explícita esa violencia.
En un trabajo en equipo con Manuel Velandia llegamos a la conclusión de que el uso de maniquís era una buena alternativa porque ambos habíamos trabajado previamente con este elemento para mostrar que las mujeres son vistas como objetos.
Mi interés no fue la de repetir con imágenes las poesías, busqué construir pensamiento, con el fin de que el texto y la imagen estuvieran en permanente diálogo; por ello, la fotografía en blanco y negro que tiene su propio lenguaje y estética, me acercaba a la dureza y a la fuerza que sentía en los versos de Beatriz, aportaba así, ese dramatismo e impacto visual que el uso de esta técnica tiene, además de llevar al público hacia un lenguaje visual más introspectivo que lo traslada mágicamente a una narrativa interior, a la ruptura, a la reflexión, donde la observación se convierte en un hecho que deriva al tiempo y la urgencia.
En cuanto a la composición fotográfica, nos parecía más relevante trabajar con pocos elementos pero tan potentes que cualquier observador pudiera comprender la idea básica que queríamos comunicar. Buscamos no perder la mirada y la estética con la que tradicionalmente cada uno de nosotros hace sus fotografías; de tal manera que las imágenes, aunque, similares, llevan un nivel de significado y de acción, donde el encuadre, la perspectiva y el acercamiento de la toma, reflejan de manera objetiva y subjetiva las diferentes -nuestras- miradas de un mismo problema.
En mi técnica fotográfica para este proyecto he enfatizado las sombras y la ausencia de luz, haciendo que las fotografías centren el punto de interés de forma muy marcada, con texturas y líneas contrastadas se recalca claramente cierta imperfección en los objetos. De hecho, el maniquí tiene partes erosionadas y destruidas nos ha servido para mostrar el dolor tatuado en los cuerpos, las huellas de violencia.
Otra característica de mi trabajo es que se trata de fotografía móvil/photomobile, es decir, las imágenes son realizadas y editadas con Smartphone o teléfono móvil.

Juan Sanz